domingo, 20 de marzo de 2011

Los cobertizos toledanos

Calle del Ángel

Una de las construcciones más típicas y características de la ciudad de Toledo son los llamados cobertizos. La mayoría los encontramos en la zona conventual de la ciudad., en el norte del peñón toleano. Proliferaron en la edad media para comunicar dos edificios próximos entre sí, sacando mayor provecho a la propiedad privada, al edificar fuera de la casa, en alto. Gracias a esta construcción, los toledanos no tenían que bajar a la calle para comunicarse con el vecino de en frente.


Cobertizo de Santo Domingo el Real

Hubo tantos cobertizos en Toledo que la ciudad se fue oscureciendo y se fueron acumulando restos de residuos y desperdicios aprovechando la oscuridad de estas calles, creándose zonas de insalubridad pública. Por ello, fueron prohibidos en 1509 por la reina Juana de Castilla (conocida como Juana la Loca), no construyéndose más desde entonces.




Cobertizo de San Pedro Mártir

Más adelante, a mediados del siglo XVI, el corregidor toledano dictó una ordenanza que mandaba derribar todos los cobertizos que no tuvieran la altura mínima para que pasara un caballero montado a caballo y armado con una lanza. Algunos vecinos se armaron de ingenio, como el señor de Malpica, que rebajó el nivel de la calle de Santa Clara para no tener que hacer obra de derrumbe en su cobertizo.



Cobertizo de Santa Clara

Estos cobertizos constituyen una seña de identidad en la ciudad de Toledo y han servido de inspiración para pintores, literatos y todo tipo de artistas que han gustado de perderse por estas centenarias calles llenas de encanto y sabor... Caminar por los cobertizos en la noche toledana es una de las experiencias más misterioras y placenteras de la visita a la Ciudad Imperial

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